miércoles, 21 de septiembre de 2011

CUADERNO DE BITACORAS CAMINO DE SANTIAGO CAMINO INGLES (2ª PARTE)

CUADERNO DE BITACORAS
CAMINO DE SANTIAGO
CAMINO INGLES
DIA 2 FERROL A MIÑO.- Miércoles 14 Septiembre 2011.

Preparados, listos ¡YA!
        Me levanto con tiempo suficiente para salir temprano, ya cansado de estar en la cama. Hemos quedado a las siete, tomar algo y salir, cuanto antes mejor, pues hoy nos queda una etapa de 40 Km. Me ducho, con tranquilidad, me visto, etc. Voy a ver cómo anda el resto de la tropa, pues mi hija ya está levantada, llamo a la puerta de su habitación, y el personal, muerto, pero que leñe, muerto, apestaban, totalmente fritos, Fran, había puesto el despertador y lo había puesto a la misma hora que yo, pero del día siguiente, elemental querido, así no suena, por lo menos ese día. Comenzamos bien.
Primera señal
         Ya todos dispuestos para salir, nos tomamos un café con tostadas, en la Salmantina, el hermano del alcalde de Ferrol, estaba esperándonos, como habíamos prometido, fuimos a desayunar allí.
       Después de desayunar, nos ponemos en marcha sobre la ocho menos cuarto más o menos, nos dirigimos hacia el puerto, para ir bordeando la ría, que es la ruta que debemos de llevar, pasando por los astilleros, tanto civil, como militar, varios cuarteles y lugares, sin historia, pero imagino emblemáticos de Ferrol, ya sin historia apenas, por los recortes militares, mucha zona abandonada sin actividad alguna. Así seguimos bordeando la ría, pasando por Narón, hasta llegar a Neda, por supuesto, por deducción popular, esta es la ciudad natal del nea, imagino que todos conocéis al nea.
Santa Maria de Neda - Cristo de las Cadenas
         Llegados a esta población, pasamos por una iglesia, donde nos encontramos al cura, saliendo en coche, que muy amablemente, se vuelve, nos abre la iglesia para sellarnos y de camino nos la enseña. Según el cura, del siglo XVIII, esta iglesia llamada parroquia de Santa Maria de Neda, el cual, tiene un crucificado el Cristo de las Cadenas. Según nos contó este crucificado, llegó sobre 1550, en un barco inglés, capitaneado por un católico que huía de las persecuciones religiosas que tenían entonces por su país. Memoria y bolígrafo, sobre todo apuntes de lo más importante.
Cruzando Neda
         Saliendo de la iglesia, nos encontramos con un peregrino holandés, que iba un poco despistado, y lo llevamos por el buen camino, todo esto que os cuento, es porque Fran, se puso a charlar con él en inglés, y por supuesto, estuvo con nosotros cosa de poco o nada de tiempo, imagino que porque no aguantaba, nuestro ritmo, nuestras bromas, o nuestras risas, así, que se puso el  turbo y supongo que ese mismo día llego a Santiago huyendo de nosotros, porque no lo vimos mas.
Haciendo camino
         Pasado Neda, seguimos bordeando la ría, pasando por A Silva, O Puntal de Riba, Conces de Riva, A Fonte do Campo, Casanova y por fin llegamos a Fene. Donde el olor de la ría, es insoportable, eso si todos nos mirábamos por si encontrábamos a la señora del avión. Aquí, empezamos a despegarnos de la ría por fin, porque la caminata ha sido fea y deprimente, viendo y acercándonos cada vez que dábamos una vuelta a Ferrol.
la ria que no se separa. Que cruz
        Quejas, nada más que quejas, que si una vuelta, que si otra vuelta, que si la grúa de los astilleros nos perseguía, esa grúa que se desplazaba para seguirnos, que si anda igual que los dibujos animados y se iba hacia delante nuestra cada vez que volvíamos una esquina. Ahí, Dios, qué cruz, todos el día ese Juanma, ese Fran, quejándose, y aquí como siempre el mayor, haciendo de tripas corazón y aguantando todo aquello que los dos niños decían, ¡ahí, que cruz!
         Por fin dejamos la ría y nos adentramos en la zona interior, donde vamos casi paralelo a la carretera, que nos conducirá hasta Cabanas, que dando un largo paseo por la playa de la Magdalena, donde Juanma, quiere agua a toda costa, las fuentes, o están secas o no tienen grifo, se quiere ir a una que está en la otra punta, cuando le digo que detrás de la próxima esquina hay una, cosa que no se cree, claro está, que yo había visto desde lejos, como siempre, no hay nada, que hay una, pero resulta que tampoco tiene grifo.
Reponiendo fuerzas en la sacristía
Siguiendo el paseo marítimo, vemos Pontedeume, donde entramos al pueblo, tras atravesar el puente que atraviesa, el río Eume, buscamos la sacristía más cercana, para reponer agua, fuerzas y porque no, que caiga una Estrella de Galicia. Como no vemos iglesia alguna cerca, o está cerrada, que mejor sitio para sellar que la sacristía, estas sacristías que sirven cerveza, no muy fría, pero cerveza, lo que pasa que en estas sacristías, en Galicia la llaman bares. Qué raro es el idioma. Aparte de la cerveza y los pinchos, saco los frutos secos que me quedaban aun, de los cuales Natalia, hace hincapié, en comérselos casi todo, cosa que se arrepentiré en muy pocos minutos.
Subiendo, para variar
Subiendo en Pontedeume
         Una vez repuesto fuerzas y agua, nos echamos de nuevo la mochila a cuestas, para acometer los últimos 9 km. Una empinada cuesta nos recibe, tras atravesar una puerta antigua de entrada a la ciudad. Tras rodear una iglesia, y un paseo por el pueblo, la subida se hace interminable, la charla se acaba, el calor que en el día de hoy se hace notar, en estos momentos es su punto álgido. Juanma, como buen samaritano, se queda un poco rezagado, para acompañar a Natalia, ya que su caminar es más lento, y la cuesta la va dejando sin fuerzas, los frutos secos que se comió abajo, empieza a hacer su cometido, es decir, la fatiguita, Juanma, para ayudarla le dice que llame a Juan, ya sabéis, el ruido característico cuando se vomita, no parando de hablar para darle animo. Natalia, haciendo un esfuerzo, no lo mata de milagro, creo que no tenía fuerzas ni para eso. Y entre cuesta y cuesta, entre camino y camino, y entre zona asfaltada y el campo de golf, llegamos por fin a Miño. Un cartel, anuncia albergue, 1 Km. mentira, cerca de dos km y a las afuera del pueblo.
Por fin en el albergue
         Ya en el albergue, donde no había nadie, solo vestigios de que había peregrinos, llamamos al personal de protección civil, para que nos sellen en el albergue y sepan que nos encontramos allí. Después de unos estiramientos y una buena ducha, nos marchamos a comer algo. Como siempre, en el primer restaurante que preguntamos, “no podéis comer, no ha llegado la cocinera” Jo, que complicados son. En el de al lado, creo que un bar con el nombre del pueblo, pero no recuerdo, no ponen de comer, y sobre todo, cerveza. Por cierto, Francis se pidió unos chipirones y le pusieron tantos, que comimos todos unos chipirones muy ricos y tiernos.
Con la tripita llena y cara de cansados
         Después de tener la barriguita llena, nos volvemos al albergue, donde nos encontramos a una peregrina Belga de nombre Saskia, y a un madrileño, Luis, que ya no nos dejarían hasta Santiago.
Un despistao
        Ah, se me olvidaba, los dos listos, Fran y Juanma, mu listo ellos, pues entre charla y charla, entre risa y risa, pusieron el turbo en un momento de la travesía y se marcharon solos, cosa que les costó hacer por lo menos 3 km mas, ya que se pasaron una flecha o una señal y no terminaron en Portugal de milagro. ¡áhi!, los milagros que hace Santiago, para que todo el mundo llegue a su destino. Una pregunta, creéis que hubo cachondeo o no sobre eso. Pensarlo, reflexionar y sobre todo meditarlo.

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