domingo, 25 de septiembre de 2011

CUADERNO DE BITACORAS CAMINO DE SANTIAGO CAMINO INGLES (3ª PARTE)

CUADERNO DE BITACORAS
CAMINO DE SANTIAGO
CAMINO INGLES
DIA 3 MIÑO A BRUMA.- Jueves 15 Septiembre 2011.
Salida, caritas de circunstancias
         Como empezar, que decir de este día. Que digo de este día tan intenso, tan largo y satisfactorio, donde teníamos que afrontar la etapa más dura y sus 40 kilómetros, después de la jornada de ayer.
         Como ya teníamos la experiencia del día anterior, ya ni me puse hora de levantarme, eso si expectante a la hora temprana, no fuera que nos quedáramos dormidos, pero, no, el personal se comportó, imagino pensando en la larga etapa y el calor que habíamos pasado el día anterior.
Natalia de noche y no está de juerga
         Nuestra salida, fue aproximadamente, sobre las 7 y media de la mañana, ya hoy acompañados por Luis, madrileño y compañero, hasta la llegada a Santiago de Francis, y por Saskia,  nuestra peregrina belga, acompañante este día de Natalia.
         Vamos todos juntos, cada uno con su charla, su charanga o su chiste. Las caras son todo un poema, esta hora temprana, el cansancio y el malestar de Juanma de que la etapa anterior, queda un poco tocado, lleva desde ayer diciendo que acortáramos la etapa de hoy, además sus pies son todo un mapa con cantidad de depresiones. Además, la Sra. que hacía  las veces de alberguista y seguridad en el pueblo, lo lio un poco más, cosa no muy extraña en un gallego. Las pautas que le dio, creo que fue lo que hizo que Juanma se viniera un poco abajo.

San pantaleón
Se vende
Entrada triunfal en Betanzos
         Nuestra primera parada en el día de hoy seria Betanzos, así que empezamos a caminar y a sabiendas de que el terreno iba a ser duro, no nos imaginábamos cuan duro sería. De salida, aunque vamos casi en paralelo por la ría de Betanzos y Ares, nos encontramos con alguna que otra subida algo pronunciada, que de momento nos hace sudar muy de mañana, aunque seguimos todos juntos, los grupos van un poco dispersos, pues como digo ni el terreno acompaña, ni el ritmo de todos es igual en las subidas y bajas. Tras pasar por Montecelo y la iglesia de San Pantaleón, nos vamos acercando a Betanzos, nuestra primera parada para desayunar y descansar un poco, pero antes debemos hacer una larga subida y una pronunciada bajada antes de entrar en la ciudad, divisando la ría de Betanzos. Ya entrados en la ciudad, nos disponiéndonos a quitar las mochilas, Juanma y Fran, dice que no paran, que se encuentran mal y que si paran sobre todo Juanma, que no podrían seguir, que ya irían comiendo algo por el camino de lo que vayan encontrando, compran algunas frutas y se marchan acompañadas de Saskia, delante del resto que si desayunamos. Eso sí, antes de irse les arengo una perorata en plan de Fernán Gómez, “que si no podéis estar comiendo fruta todo el día, que si parecen niños pequeños etc.” Lo único que me falto, fue es que sois tontos, no me callo porque no me da la gana o si, soy un mal educado, pero váyase Vd. a la mierda.
Las castañas locas de fran
 El resto desayunamos tranquilamente en Betanzos, junto a la Plaza de García hermanos. Ya de estos dos personajes, irán comiendo, todo lo que se encuentren por el camino, no sabemos más de ellos, hasta nuestra llegada a Bruma. Decir en su favor, que castañas, nueces, brevas, Kiwi, manzanas (Pero, en andaluz), no faltaran en el camino, para delicia de todos nuestros paladares y algunos con energía y azúcar en sus componentes nutritivos.
        Una vez repuesto fuerzas, habremos estado sobre media hora, seguimos nuestro caminar, tras comprar también frutas, porque hemos recorrido tan solo entre 11 o 12 km. a partir de estos momentos, los caminos transcurren entre sendas de arboles, bosques y subidas y bajadas, algunas de ellas muy escarpadas. Así como uno más que otro paso por carreteras secundarias con escaso arcén, pero la verdad sea dicha con poco tránsito de vehículos.
¿Que parece?
 Así va transcurriendo los km. entre charla y charla, entre broma y broma y siempre pensando en los tres que van delante. Ahí pobre Shakira, (léase Saskia), desde este momento voy a intentar utilizar mi memoria, para designar todos los nombres dados a esta pobre peregrina belga. Cuando llevamos unas 3 horas de haber salido de Betanzos, nos encontramos a Shasha (Léase Saskia), sentada en una curva de 


PK 15,4, de verdad
La fuente, no sabe ná el niño de casa Julia
una senda, esperando nuestra llegada porque los dos caballeros, que la acompañaban, dejaron de ser caballeros y apretaron el paso, no pudiendo ella seguir su ritmo. Durante el tiempo, que estuvieron juntos, estos dos elementos, le dieron un curso intensivo de andaluz, que no se le olvido en todo el camino, incluso ahora, manda mensajes con las palabrejas aprendidas. Marcha, desde este momento, marcha acompañando a Natalia, la más lenta del grupo, mientras Francis, Luis y yo, seguimos nuestro caminar y como digo siguiendo una y otra y otra cuesta, nos acercamos a un poblado preguntando si había algún lugar para tomar algo, diciéndonos que un poco más abajo estaba Casa Julia.  Efectivamente, encontramos dicha sacristía en mitad del camino, donde aparte de bebernos nuestra merecida cerveza, o refresco, nos dijeron que nos habían dado recuerdos para nosotros dos peregrinos que habían pasado a comprar algo, pero sin parar como nosotros. Que canallas, solo nos llevaban unos 20 minutos de diferencia y empiezan a alejarse. Allí, nos encontramos con tres peregrinas polacas, que también nos iremos encontrando el resto de los días hasta nuestra llegada a Santiago. Desde aquí, y creo que la Xunta de Galicia, se debería plantear el tema y hacerlo, parada y fonda del camino, aconsejo a todos los peregrinos que paren en dicha sacristía, pues aparte de la madre superiora, es decir la Sra. Julia (supongo), se encuentra el sacristán, sin nombre, de corta edad, entre 12 o 13 años +/-, se encuentra el denominado, o bautizado desde nuestra llegada, el niño de Casa Julia, porque “vaya tela si sabe el niño de Casa Julia”, tela marinera, habla con todo el mundo, le aconseja, le murmura, le rumorea, le charla, “vaya tela si sabe el niño de Casa Julia”. Antes de marcharnos, Francis le pregunta, si podíamos coger agua, del grifo que se encontraba en la parte de fuera, le dijo que sí, pero que más abajo, había una fuente, donde podíamos reponer agua, ya que la del grifo, tenía mucho cloro, joder ni que fuera una piscina. Lo miro con cara de seriedad y le digo, una vez ha salido Francis, que si tanto cloro tiene que no se puede beber y si está seguro que la fuente tiene aguas. Contestación del niño de Casa Julia, hombre puedes llenar aquí y cuando llegues a la fuente la tiras y vuelves a llenar de la fuente (léase con acento gallego), “vaya tela si sabe el niño de Casa Julia”. Así que ni corto ni perezoso, lleno mi botella de agua en el grifo, el resto sigue adelante, no llevando agua, ni Francis, ni Erika (segundo nombre de Saskia), cuando llego a la fuente, el chorrito de agua es tan pequeño, que estuvieron unos diez minutos llenando los dos botes de agua, cosa que no hago, por no perder más tiempo, aparte que el agua no tiene ni cloro, ni ná, “vaya tela si sabe el niño de casa julia”. Por cierto, como cosa curiosa, en la misma intersección de la fuente, hay una señal de kilometraje, donde en lugar de poner un número redondo, pone 15,4. Seguimos la ruta, esta vez de nuevo, por una empinada senda, y más tarde por una bajada muy pronunciada, que hace mella en mis gemelos, ya algo cargados, de tanta subida y bajada. En una de esas subidas, hay un momento de duda, pues la señalización no es clara, pero los dos caballeros que iban delante, van dejando señas, o tapan el camino con palos, que no debemos seguir, pero pienso, vamos a seguirlo, porque si se pierden ellos, y ya tienen experiencia, también nos perdemos nosotros, pero más vale que nos perdamos todos, que no los de siempre, porque eso ya sería preocupante. Seguimos por una carretera llana, aquí nos encontramos con una nueva peregrina madrileña a la cual pasamos, tras una pequeña charla. Ella de nombre Flor, se unirá a nuestro grupo más adelante, pues termina también en Bruma, donde hace también amistad con nosotros. Seguimos por la carretera, donde hay un desvío, que posiblemente nos haga andar  unos metros más (eso lo supimos después), pues seguramente, la flecha, que nos guía fue puesta por el dueño, del bar Vizoño donde paramos y nos refrigeramos de nuevo y reponemos agua, el calor aunque no tan agobiante como el día anterior se deja notar. Allí, también para Flor, que se toma, una café de puchero (eso que lo explique ella que es) y cuando se marcha, se deja la cartera encima del mostrador, dos clientes del bar, salen corriendo para ver si la ven pero ya va lejos, les decimos que nos la dejen a nosotros que va a Bruma y allí, se la daremos. Haciendo caso omiso a nuestras palabras, se montan en un coche y van a darle la cartera. Llegan de nuevo al bar, más contento que unas pascuas diciendo que le han dado alcance y le han dado la cartera, gracias a gente así, aun se puede confiar en la persona. Gente amable en el bar al igual que sus dueños.
         De nuevo repuestos, salimos a realizar la ultima parte de esta etapa dura, de la cual aun nos quedan unas cuantas cuestas, para rematar el día, en una intercepción del camino, el cual dudamos de nuevo, nos encontramos a Flor, que se encuentra parada, por no saber a dónde ir, más o menos quedamos en qué dirección ir y ella se marcha, nosotros tres Francis, Luis y yo, nos quedamos a esperar a Natalia y a Saskia, que se han quedado un poco detrás, cuando llegan seguimos caminando, cuando de pronto, viene de vuelta Flor al no tener seguridad de dónde ir, por lo que seguimos el camino por encontrar una flecha que ella no ha visto, así que vamos por el buen camino, ya Flor, se mantiene con nosotros hasta el final de la etapa y hasta Santiago, como ya dije anteriormente.
         Después de unas subidas y bajadas, llegamos por fin a la señal de albergue a un kilometro. La alegría, se hace latente en nuestras caras, por la llegada al albergue definitivamente. Cuando llegamos, nos encontramos a Juanma y a Fran, con los pies metidos en un pequeño estanque, que pasa por el albergue, cosa que hago más tarde, y la verdad sea dicha, casi pierdo los pies de lo fría que estaba el agua.
         Una vez en el albergue, nos registramos a Paqui, la alberguista titular y a una amiga suya, que le hace compañía, a la cual bautizamos como cordobesa, por ser morena, ojos grandes y guapa. Cosa que le hace gracia, así, que cordobesa por los restos. En el albergue, se encuentra una nueva peregrina en el camino, ella ferrolana, llamada Xana. También, igual que el resto, se une a nuestra expedición hasta Santiago, empezamos V y termínanos nueve. Las polacas, llegan más tarde, y no se quedan en el albergue porque no tienen mantas, no se para que, porque no hace mucho frio, ni por las noches siquiera, menos mal que vienen de Polonia, si vinieran del Sahara, seguro que piden edredones. También, llegan al albergue, dos peregrinos italianos, Francesco y Fabrizio, el primero sacerdote, el segundo…. no lo sé. Ya hablaremos mas tarde de estos dos italianos.
         Para no tener que ir al pueblo, nos dice Paqui, que nos pueden traer la cena al albergue por un precio de 10€, cosa que hacemos todos y cómenos todos juntos, como buenos amigos. Esperando la cena, y entre broma y broma pasa la tarde, después de una buena ducha y cambio de ropa limpia. Juanma, que se encuentra cansado se toma su pastilla del cansancio para dormir y es el primero que se acuesta, quizás sea lo único que durmió esa noche, anécdota que ya contaré en la próxima entrega.



Natalia y Francis, subiendo de nuevo

Natalia por Montecelo


Si faltan es por que Juanma se las ha comido

Los cinco jinetes

Sin comentarios

Xana, Natalia y Saskia de parla



2 comentarios:

T dijo...

Pero... dónde carallo estaba "Casa Julia"???

Manolo dijo...

Casa Julia está ahí, donde estas cansado de tanta arboleda y bosque donde apenas se ve el sol, está donde apenas te queda agua, después de una subida muy pronunciada atraviesas una aldea pequeña de pocas casas, caes a una carretera y justo en la curva, Casa Julia. Y eso, no es listo el niño de Casa Julia.